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domingo, 23 de septiembre de 2018

TODO TIENE UN COMIENZO


Antes de entrar en todo lo que tiene que ver con mi vida cómo iyawo (iniciado de la religión yoruba) puedo decir que la vida te anuncia siempre lo que está por pasar, hace un año exactamente en el mes de febrero de 2017 mi vida dio un giro total posterior a uno de mis sueños premonitorios creería el día de hoy, el más exacto hasta ahora el más real, que quedara gravado en mi mente día a día. Después de un largo día de trabajo al dormir esa noche  ocurre algo que siempre sucede conmigo temor al silencio nefasto de la oscuridad no por el silencio o la oscuridad sino más bien lo que trae eso consigo; un silencio lleno de voces que te hablan al oído queriendo e implorando tu ayuda y señales claras de que allí están pero luego de las 6 am siempre llegan a mi esos sueños llenos de información crucial para mí y mi vida porque después de despuntar el sol no lo sé pero nunca ocurren cuando por lógica debería soñar, un sueño hasta inexplicable e ilógico al escucharlo pero fue así. Me encontraba durante el sueño en lo que sería la calle donde quedaba la casa de mis abuelos paternos un barrio aunque bonito según mis palabras con su calle en tierra pero la casa no era igual, había una especie de condominio y yo me encontraba en el cuarto piso recuerdo que inició mientras yo subía esas escaleras y al llegar a este apartamento sentí la necesidad de asomarme al balcón pero algo ocurrió, miro hacia abajo y había una mujer negra robusta vestida de blanco con turbante descalza su vestido en el momento para mí fue semejante a los trajes usados para bailes de tambores con un faldón muy amplio, pero no había entendido que ese no era mi mensaje hasta cuándo vi que está mujer me miraba desde abajo y me hablaba solo diciéndome una palabra que no lograba al principio no le entendí y después de varias repeticiones escuché la palabra que cambiaría mi vida solo dijo YORUBA juro por lo más sagrado en mi vida que son mis eggun (muertos) que nunca había escuchado o sabía que significaba; está mujer con su mente me decía que debía entregarles un hombre que se escondía en mi casa y yo de el solo veía una sombra oscura, cómo podía yo entregar algo que no sabía quién era??? Me lo pregunté en la mente muchas veces, y al asomarme nuevamente al balcón aquella mujer tenía un gran trozo de carne cruda en su mano y lo acerco a su boca y lo mordió de su boca se veía claramente como escurría sangre pero no sentí temor era una señal sencillamente, posterior a lo ocurrido llegaron muchas más personas vestidas así de blanco eran incontables llenaron la calle y solo me miraban hoy puedo decir que era un llamado o una bienvenida a lo que estaba por ocurrir en mi vida.

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